marzo 1, 2022

Asertividad y adicciones

Las adicciones suelen ser una problemática difícil de gestionar y superar.

Para lograr que la persona alcance un bienestar y sea capaz de vivir sin depender de la sustancia adictiva ha de recorrer un duro proceso. Para lograr tal proceso, es necesario dotar a la persona de ciertas herramienta y habilidades que le ayuden a dejar el consumo hasta tal punto que no sea necesario en su existencia.

Una de las habilidades más efectivas en tales casos son las habilidades sociales. Dentro de estas habilidades está la comunicación. En la comunicación podemos encontrar tres estilos básicos. La agresividad, la asertividad y la pasividad.

El estilo agresivo se caracteriza por la imposición, la intolerancia y busca el poder queriendo estar por encima del otro minimizándolo. Muestra una actitud hostil y de enfado. El estilo pasivo seria la contraparte del agresivo. La persona pasiva muestra inhibición, sumisión y busca la aprobación de los demás. El estilo asertivo comunica de manera directa y clara aquello que piensa y siente, sin la intención de dominar a la otra persona.

Por lo tanto, el aprendizaje de un estilo de comunicación asertiva puede ser muy útil para el paciente. En el caso de los adictos el consumo se utiliza para aliviar el malestar.

A partir de la asertividad la persona puede gestionar las emociones de una manera más eficaz, ya que la asertividad le permitirá expresar todo aquello que le molesta, lo que quiere, lo que le gusta, lo que es etc….En definitiva, todo aquello que tiene coherencia con su persona. Está coherencia le supondrá un bienestar, ya que se sentirá fiel consigo mismo.  Todo este ejercicio le ayudará a reforzar su autoconcepto, su autoconocimiento y su autonomía a la hora de decidir.

Otra función fundamental de la asertividad es el posicionamiento. El posicionamiento es la capacidad de elegir y dar tu opinión ante un conflicto o una situación concreta. Adquirir tal capacidad permite que la persona se responsabilice, tome el control de la situación y no caiga en el victimismo. Sobre todo, es eficaz para aprender a decir NO y protegerse ante situación peligrosas. Por ejemplo, en un adicto es muy importante saber decir que no, ya que durante su vida se encontrará mucha gente que le ofrecerá consumir o la presión social de ciertos contextos le incitará a hacerlo.

Por otro lado, la asertividad ayuda a construir relaciones más genuinas y profundas. A partir de la honestidad que conlleva la asertividad, el paciente será capaz de rodearse de personas que le creen bienestar y pueda forjar un vínculo más sano. Por otro lado, le facilita identificar a las personas que le perjudican en su vida.

Por último, en mi humilde opinión, la función más significativa que tiene la asertividad es la construcción de una autoestima sana y el impacto que tiene sobre su bienestar personal.